martes, 23 de abril de 2013

Hago yoga solo una vez por semana, dos horas. En el club no hay muchos horarios y ningún otro profesor que me cope. Entonces, los martes a las once es mi momento sagrado. Arreglo la semana en función de esa clase. Y la flasheo. Yo, que de verdad no creo en nada, que todo me parece un chamuyo barato, voy a la práctica y siento cómo la energía corre por mi cuerpo a medida que avanzan las posturas (ásanas) y también siento la apertura del tercer ojo. Lo juro por mis hijos.

Mi hiperlaxitud natural ayuda, claro. Y hoy, mientras me estiraba sobre mis piernas sin mayor dificultar, pensé que mi compañera había tenido razón cuando dijo que la laxitud corporal tenía una correlación con la apertura mental. Estas no fueron sus palabras ni mucho menos pero la idea iba por ese lado. Porque de la clase salgo completamente abierta, sana, tranquila. En paz. Haría una clase así todos los días. Y creo que conocería el nirvana.

Después de la clase fui un toque al sauna con Pau pero Eréndira nos interrumpió para que fuera a que me depile las cejas. El fridakhalismo tiene sus límites y yo los traspaso siempre. La cuestión es que mientras me dignificaba, Eréndira me preguntó si era soltera. Bah, más bien lo afirmó. Dijo "tú eres soltera ¿no?". Le dije que no, que era casada y que tenía tres hijos. Y después pregunté yo si es que no lo parezco. Estuve mal, debería haberle preguntado por qué me lo preguntaba. Hubiera sido mucho más sabio. Y aleccionador.

Después de bañarme salí corriendo a buscar a Milo para volver al club y que tuviera su clase de natación. Cuando volví a entrar, vi a una de mis compas de locker y cada día está un poco más masculina. Se cortó el pelo, que antes tenía naranja y en una melena, y se lo oscureció. Y cambió unos vestidos sexies por jean y camisa constante. Y siempre anda con la misma amiga. Desde la última vez que la vi y le pregunté si tenía novio, y contestó que los hombres la habían cansado, me pregunto si no se habrá volcado a las chicas. Ese día le di a entender que a mi me parecía bárbaro, cosa que es cierta. Bah, lo que me parece bárbaro es que cada uno sea feliz de la forma que sea. Bueno, tuve muchas reflexiones sobre lesbianismo por estos días y no sé bien por qué. Me acuerdo que una vez, cuando penaba porque ningún pibe me quería, le pregunté a mi analista si no sería lesbiana. Creo que se rió y contestó que no, que para nada. Tenía razón: me tienta cero bajo cero.

Por lo demás, llueve mucho. Bueno, ahora paró pero fueron dos horas seguidas de aguacero. Y granizo. Estoy más suburbana que nunca. Ayer, que hubo sol, estuve leyendo en el pasto. Después comimos con los chicos en el jardín, en los muebles nuevos que nos trajeron el viernes. Esa pequeñez me hizo enormemente feliz.

Claramente, hay semanas mejores que otras. Esta clasifica como de las buenas.

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